"Apathy isn't it. So flower power didn't work. So what? We start again." John Lennon

viernes, 1 de abril de 2011

Lo verdaderamente terrible

 

image

Los valores deformados. Interesante cómo nuestra derecha está siempre dispuesta a aplicar "la mano dura" a un lanza pero no a un asesino y torturador (contratado por el Estado) de mujeres, hombres y niños. Por el contrario, piensan que esos criminales son en realidad héroes y pedir “mano dura” para ellos indica sed de venganza.

Como Cardemil, ex-funcionario de la dictadura militar chilena, que declara en este artículo que le parece de justicia darle beneficios a un ex-director de la CNI, encarcelado por asesinar a tres personas. Amén, claro, de haber dirigido una insitución pagada con los impuestos de los chilenos para asesinar, torturar, espiar y perseguir a los chilenos que eran opositores del gobierno.

La parte terrible de toda esta historia no es solamente saber que personas como Cardemil jamás cooperarán con la justicia, jamás dirán la verdad, siempre justificarán la muerte y el dolor de las otras personas, evadirán todo tipo de responsabilidades y apuntarán con el dedo a quiénes pensemos distinto. Con lo impresentable de la actitud, de verdad no creo que esa sea la parte más terrible de este cuento.

La receta para un buen sueño es una consciencia tranquila, que resulta en gran parte de la ausencia de culpas o arrepentimientos. Y para eso ayuda mucho tener la certeza de que se actuó de manera correcta. Cardemil, al igual que gran parte de nuestra derecha, en el fondo de su corazón, cree que todo lo que sucedió: la tortura, la violación de mujeres, los asesinatos, las ejecuciones, los secuestros, los abusos, la persecución, el trato humillante a los más pobres, el espionaje, el soplonaje, el amedrentamiento, todo eso, estuvo bien. No solo fue inevitable, sino que necesario, bueno y justo.

Podemos asumir muy razonablemente, por ejemplo, que Cardemil piensa que secuestrar a otros seres humanos, quemarlos con cigarrillos, electrocutar sus genitales, pegarles un tiro en la cabeza, destrozar sus cuerpos, tirarlos al mar, esconder todo tipo de rastros, mentirle a las familias de las víctimas y premiar a los ejecutores de esos actos. Todo eso, TODO, está bien. Fue justo, fue necesario. Fue bueno.Y manifiesta su orgulllo de haber participado de eso y defiende a quiénes le sirvieron en esos propósitos. Escuchar a gente como Cardemil me confirma que el problema con nuestra derecha no es político (que cada uno piense lo que le parezca, eso es sano, cómo oponerse a eso) sino, fundamentalmente, ético. 

No es un problema de mala memoria, tampoco, como se suele indicar. Nuestros conservadores saben y se acuerdan perfectamente de lo que hicieron y dónde estaban cuando los militares, los carabineros y los servicios secretos de SU gobierno nos mantenían al resto del país bajo la constante amenaza de la muerte, la tortura y el abuso a todo nivel.

No se olvidan. Por el contrario. Lo recuerdan con orgullo. Lo celebran cada 11 de septiembre. Disfrutan sus marchas militares y los despliegues de fuerza uniformada. Rememoran la emoción de haber vencido al mal. La excitación de ver a sus adversarios huir como ratas o de saber que, por fin, estaban muertos. Lo ven como tiempos heróicos. Tiempos de bonanza económica, bienestar y desarrollo, además. Para ellos, claro, no para los demás. Y todo por un costo nominal y muy fácil de pagar: el sufrimiento de los otros (que además eran los malos, así que mejor aún).

Y como piensan que todo eso estuvo bien (básicamente porque nunca han dejado de pensar que ellos eran los buenos y que, por suerte, ganaron), no solamente jamás reconocerán alguna culpa ni mucho menos pedirán perdón. Eso lo podemos dar por descontado y por eso ya no me sorprende ni me preocupa.

Lo que me mantendrá siempre alerta es el hecho de que, como piensan que estuvo bien, dado el caso, si vuelven a sentir que están perdiendo, todos sabemos que no tendrán reparos en hacerlo de nuevo.

Y eso es lo terrible.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Opina, opina. Tus comentarios son mi sueldo. Gracias.