"Apathy isn't it. So flower power didn't work. So what? We start again." John Lennon

viernes, 19 de noviembre de 2010

Así se mejora la educación: quitándole horas a las humanidades

 

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Calladito por los palos, reaparece Joaquín Lavín, liderando el inicio de una revolución en materia educacional. Sus primeros anuncios, como era de esperar, huelen bastante a lo que parece que es la “nueva forma de gobernar”: ideas mal pensadas, mal articuladas y bien cargadas al prejuicio.

Las noticias

Cambios al curriculum anuncia nuestro Ministerio de Educación. Los cambios estrella del nuevo proyecto incluyen los siguientes:

  • aumentar las horas de Lenguaje de 5 a 7 horas entre 5to básico y 2do medio
  • aumentar las horas de Matemática en 1 hora más en los cursos de 5to a 8vo y 2 horas en 1ero y 2do medio
  • quitar una hora a los ramos de Tecnología, Historia, Geografía y Ciencias Sociales e Historia.
  • aumento de 1 hora en Inglés, para los cursos 5to y 6 to básicos

Una versión más técnica de la noticia la pueden encontrar aquí, en el blog Realidad Educacional Chilena, de Luis Navarro.

imageJorge Manzi, el chileno que mejor se maneja en el tema de las pruebas educacionales, las evaluaciones y los estándares internacionales opina en esta nota de Cooperativa.cl que los cambios de horas no han sido explicados de manera convincente y no suenan particularmente razonables.

Sus puntos son bien simples:

  • sería bonito que el Ministro Lavín nos explicara por qué se le quitan horas a las Ciencias Sociales y Humanistas y cuál cree él que es el costo de tener menos tiempo para entender nuestro pasado y formar valores para la convivencia y la tolerancia.
  • también sería agradable que el Ministro explicara por qué no se enfatiza Lenguaje y Comunicación al principio del curriculum y se hace recién a partir de 4to básico.

Mauricio Figueroa, profesor de Historia de Maipú, confeccionó este manifiesto de profesores de Historia y Cs. Sociales donde presenta otros cuestionamientos interesantes, por ejemplo:

  • ¿Cuál es la relación que asume el ministerio que existe entre el mero aumento de horas de un ramo y el aprendizaje de los estudiantes?
  • ¿Por qué no se tocó el ramo de religión para quitarle horas?

Las informaciones provenientes del gobierno contestan varias de estas preguntas.  Aquí está la noticia en La Tercera y aquí una nota mucho más completa en Surlink.cl, con más cuestionamientos.

Finalmente, aquí está una de las primeras respuestas del MINEDUC a tanto ceño fruncido frente a sus anuncios. Aquí, un poco más de lo mismo.

Léanselas primero y después siguen leyendo. Yo espero acá, ni un problema.


¿Listo?

Ya, entonces continúo con una caracterización de las ideas de nuestro ministerio.


Pensamiento incoherente

 

El Ministro Lavín deja en claro lo que piensa que es el aporte de las Ciencias Sociales al curriculum de educación chilena y explica cuál es la lógica de sacarle horas a uno para ponerle a Lenguaje y Matemáticas. Cito textual de su entrevista en La Tercera:

“Voy a aprender más Historia si primero tengo la base de saber leer bien y saber comprender bien lo que leo. Las horas de Historia los colegios las pueden tener, las pueden compensar acudiendo a las horas de libre disponibilidad”

“En Matemáticas se trata de hacer más ejercicios y una de las horas adicionales de Lenguaje será para ir a la biblioteca a leer”

"Matemáticas es clave para ramos como Ciencias, Física, Economía y Estadísticas. Además, se necesitan más horas para resolver ejercicios".

Es decir, el Ministro de Educación, ni más ni menos, entiende que:

  1. El ramo de historia se trata fundamentalmente, de leer y entender libros de historia.
  2. Mejorar la comprensión de lectura, por lo tanto, beneficiará a los alumnos en ramos como Historia.
  3. La comprensión de lectura se mejora leyendo en una biblioteca.

Haré primero abstracción del hecho de que ninguna de estas premisas por separado se sostiene decentemente en la evidencia recogida en décadas de investigación en educación, enseñanza de historia o lenguaje. Técnicamente, estas premisas son inválidas porque no corresponden a lo que sabemos de la realidad. En términos más coloquiales, el ministro no sabe de lo que habla o, si cree saberlo, está hablando estupideces.

Por ahora me limitaré a establecer que estas boludeces ni siquiera son coherentes entre sí. Me explico en términos simples:

1. Si mi comprensión lectora mejorará si paso una hora extra a la semana  leyendo en una biblioteca y

2. si el ramo de historia consiste esencialmente en leer textos de historia,

entonces

3. La idea del ministro consiste en cambiar una hora de lectura por una hora de lectura

Finalmente, para agregarle tontera a la idiotez:

“Según el ministro, la modificación tiene que ver con recomendaciones de la OCDE, siguiendo ejemplos de países como Finlandia y de colegios chilenos que tienen buenos resultados en el Simce.”

Nuestro Ministro es tan seco en la materia, que considera recomendaciones basadas en colegios que les va bien en el SIMCE y el ejemplo de Finlandia al mismo tiempo. Lamentablemente, ningún asesor parece haberle explicado que en Finlandia descubrieron hace rato que las pruebas estandarizadas no sirven de mucho en cuestiones de mejoramiento de calidad educacional y, lisa y llanamente, no las usan para tales efectos. En otras palabras, las políticas educacionales en Finlanda no dependen de pruebas tipo SIMCE, por lo que usar su modelo y ocupar como ejemplos a los colegios con alto puntaje SIMCE es incoherente (otra palabra educada para decir estúpido).

Más preocupante aún es, entonces, la decisión de nuestro gobierno de orientar sus políticas al mejoramiento de puntajes en pruebas estandarizadas, como SIMCE o PISA. Esto es preocupante porque ello implica una visión desnaturalizada de la educación. Los puntajes de estas pruebas no están hechos para ser usados como objetivos de políticas educacionales completas. Están más bien diseñados para proporcionar evidencia de aspectos específicos de un sistema mucho más amplio y complejo que lo que cualquier prueba puede medir.

La educación según los ingenieros

Lo que pasa acá, como se menciona en algunos de los comentarios en las notas que acompañan a este posteo, es que, desgraciadamente, la “nueva forma de gobernar” está basada en el principio de que gobernar es lo mismo que gestionar y que, en vez de un político o un experto en una área, lo que se necesita son ingenieros que mejoren la gestión. Claro, los ingenieros son secos para gestionar, organizar y construir.

Lamentablemente, los ingenieros también son secos para reducir los problemas complejos de modo de que puedan ser manejables y son igual de secos para interpretar cuantitativamente problemas de naturaleza cualitativa. Excelente para construir un puente, pero desastroso cuando se trata con sistemas humanos complejos, dinámicos y variables. En este caso, la lógica ingenieril reduce el problema a los iguiente:

PROBLEMA: Tenemos que subir los puntajes de SIMCE y PISA.

SOLUCIÓN: Aumentemos las horas de enseñanza en aquellos ramos que tenemos mal en SIMCE y PISA.

Aunque puedan estar relacionados, esta manera de ver el problema es reduccionista y, por lo tanto, inadecuada. Nuestro problema es un problema de calidad, no de puntaje en una prueba. La prueba es uno de tantos indicadores a considerar. Se asume que mejorando la calidad de la educación mejorará el indicador. Pero eso no es lo mismo que creer que el indicador ES el problema a solucionar. Pensar así es como pensar que es más importante bajar la fiebre con un paracetamol que curar la infección que provoca la fiebre. Lo que hay que solucionar es la infección, no la fiebre. Solucionando la infección bajará la fiebre. Pero bajando la fiebre no se eliminará la infección. Gastar recursos en mejorar nuestros puntajes SIMCE como objetivo principal no es lo mismo que mejorar la calidad de la educación.

La solución pasa más bien, como cualquier experto de esos que nuestro ministro no consulta podría explicarle,   por una serie de consideraciones complejas que no pueden estar orientadas a subir los puntajes en una prueba nacional o internacional. El peligro de este tipo de lógicas es generar un sistema en que las instituciones educacionales se orientarán a prepararse para mejorar sus puntajes de SIMCE y PISA al estilo en que los preuniveristarios preparan estudiantes para la PSU fuera del sistema curricular tradicional. Esto ya está sucediendo y está siendo avalado por el gobierno que, en la práctica, utiliza los puntajes de SIMCE para distinguir entre buenos y malos colegios. Esto constituye una utilización inadecuada  de herramientas como SIMCE y PISA y, por ello, una distorsión aún mayor del sistema.

Súmenle a eso el prejuicio ideológico del gobierno y el pastel ya se llena de moscas. Digamos que, por ejemplo, estamos de acuerdo con el argumento de que igual es necesario aumentar las horas de Lenguaje y Matemáticas de alguna manera, tal como lo hacen otros países con sistemas educacionales más bien exitosos. Listo, concedido.

Aún así, queda por explicar por qué ese aumento tiene que pasar por eliminar una hora de formación humanista. La pregunta en el blog de Mauricio Figueroa es completamente válida. ¿Por qué no se toca  esa hora totalmente injustificada de un curso como Religión? Como todos sabemos, este no es un curso de religión sino que un curso de catecismo (es decir, de indoctrinamiento) vinculado a una sola religión, la católica. La misma religión de la secta a la que pertenece el ministro. No existe ninguna justificación convincente para que un estado laico como el chileno gaste la plata de todos los chilenos en financiar la propaganda de una institución religiosa en particular. Y mucho menos ahora, que se empobrece aún más un área ya precarizada como la formación de valores humanistas.

La “nueva forma de gobernar” en educación, como era de esperarse desgraciadamente, se sustenta entonces principalmente en una concepción simplista de la realidad  y en los prejuicios tradicionales de nuestra derecha. El resultado, inevitablemente, son ideas penosamente tontas y, por tratarse de la materia más delicada de un gobierno, peligrosas. 

3 comentarios:

carmela dijo...

Hace mucho rato que me dí cuenta que la educación para la derecha es solo una cosa de números. Me pude percatar de ello cuando trabajé en DUOC. Exactamente como tu lo mencionas desarrollar políticas en relación a la educación es igual como solucionar cualquier problema en una industria. Siempre piensan que el remedio está en agregar o quitar horas, cantidad de profesores, etc. Nunca hay una instancia de reflexión, ni menos se le consulta a los expertos. No entiendo para que nos sacamos la cresta estudiando para que un ingeniero comercial venga y tome decisiones tan apresuradas y estúpidas.

Gaby dijo...

Tienes toda la razón. Muy buen análisis. Al principio no lo veía así. Creía que era una buena medida, pero claramente no están haciéndose cargo del problema más serio de todo: la calidad docente. Pero en políticas públicas esto es más cuantificable: más o menos horas, sin una justificación seria de por qué es necesario. La calidad de los docentes es un tema mucho más complejo de solucionar porque no sólo necesita de participación del estado pero tambien de las universidades que forman profesores, de los sindicatos, de las condiciones laborales de los mismos, de las instancias de capacitación y espacio y flexibilidad suficiente para que puedan planificar buenas clases. Y una hora más en la biblioteca me parece, francamente, un chiste. El tema acá es hacer mejores clases. Ese es el desafío.

Carolina dijo...

Estoy segura de que Lavín se leyó esto, ya que tiró olímpicamente el poto pa las moras diciendo que en realidad es decisión de los colegios. Osea, de cierta forma al menos admite que la caga.

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