El odio parido: "el Presidente Piñera tiene otras virtudes. Es muy talentoso, muy competente, muy preparado. Pero tiene este vértigo, esta falta de filtros a veces para hacer o decir cosa.
La resignación: "Lo elegimos así"´
La cortesía: "Quizás el error en ese caso -que por cierto que lo hubo- más bien que de él (Piñera), debió ser del embajador.”
Más allá de la mesura y el cuidado de sus palabras, sin embargo, la palabra con la que el senador define el affair es, por suerte, la que corresponde: un bochorno.
Bochorno, según la RAE significa “Desazón o sofocamiento producido por algo que ofende, molesta o avergüenza.”. Y eso hizo, según el Senador Larraín, nuestro Presidente en representación de todos los chilenos, ustedes y yo. Ofendió, molestó y nos avergonzó frente al mundo. Háganse esa.
Y no llevamos ni un año aún.
Muy educadamente, el senador caracteriza a nuestro presidente como un hombre “histriónico” y “sin filtros”. Yo, que no soy senador ni tengo que cuidar mis relaciones con él, más bien creo que es un cuico arrogante, figurón y, por sobre todo, profundamente y vergonzosamente ignorante.
1 comentario:
Me quedo con una cosa que pusiste ahí: "y no llevamos ni un año aún." Lo que puedo rescatar (ya que no puedo hacer absolutamente nada para sacar a ese sacow... del cargo) es que por lo menos nos hemos reido muchísimo a costa de él. Hacía tiempo que un presidente no me daba tanto material de lujo para mi diversión. Algo que sea.
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