Por una parte, nuestro presidente le estruja hasta la última gota a la situación para quedar bien frente a la prensa internacional. Incluso más allá de lo públicamente recomendable. Y eso es lo que entiende nuestra primera dama quien, con aplomo y decencia, hace lo poco que puede para no pasar otra verguenza ajena. Pero nuestro Presidente está más enamorado de su voz que la de su esposa, así que procede a sacarse las fotos con el mensaje de los mineros igual no más. Para eso él manda ¿no?
"Apathy isn't it. So flower power didn't work. So what? We start again." John Lennon
domingo, 24 de octubre de 2010
Dos caras de La Moneda
Más interesado en lo que pasará ahora después del rescate de los mineros más que antes o durante el drama, me parece interesante cómo se van desarrollando los eventos.
Por una parte, nuestro presidente le estruja hasta la última gota a la situación para quedar bien frente a la prensa internacional. Incluso más allá de lo públicamente recomendable. Y eso es lo que entiende nuestra primera dama quien, con aplomo y decencia, hace lo poco que puede para no pasar otra verguenza ajena. Pero nuestro Presidente está más enamorado de su voz que la de su esposa, así que procede a sacarse las fotos con el mensaje de los mineros igual no más. Para eso él manda ¿no?
Por una parte, nuestro presidente le estruja hasta la última gota a la situación para quedar bien frente a la prensa internacional. Incluso más allá de lo públicamente recomendable. Y eso es lo que entiende nuestra primera dama quien, con aplomo y decencia, hace lo poco que puede para no pasar otra verguenza ajena. Pero nuestro Presidente está más enamorado de su voz que la de su esposa, así que procede a sacarse las fotos con el mensaje de los mineros igual no más. Para eso él manda ¿no?
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