"Apathy isn't it. So flower power didn't work. So what? We start again." John Lennon

domingo, 17 de octubre de 2010

El poder y los buenos periodistas

Fue mi esposa la que lo vio primero y me comentó lo chistosa que había sido la entrevista de la BBC a Sebastián Piñera el día del rescate de los mineros.

Y tenía razón.

El chiste está en cómo pasa del modo Piñera dueño-de-la-pelota, seguro de sí mismo, enamorado del sonido de su voz y de sus lugares comunes, a Piñera necesito-un-asesor-ahora-mismo frente a las preguntas del entrevistador. Vean el video primero, aquí lo tienen. Si no cachan el inglés, mejor, porque la idea es que se concentren en las expresiones de gradual compunjimiento que van apareciendo en la cara del Presidente.




Y ahora un cuadro por cuadro, cara por cara.

"¡Qué bien que sueno, caramba!"
00:26 El entrevistador le pide al Presidente Piñera que comente respecto a la percepción internacional que el mundo podría tener de Chile, que sigue asociada a la dictadura militar y sus crímenes. El Presidente, henchido de felicidad y lleno de energías positivas,le responde que él espera que, de ahora en adelante, la gente en el mundo ya no recuerde a Chile por el golpe y la dictadura sino por el rescate, donde Chile se ha mostrado unido (si no sabe inglés, el gesto de manos indica este momento).
"Pero no hay que ponerse pesado, poh..."

00:35 El entrevistador le pregunta al Presidente que si acepta, más allá de esta película de unidad, que este accidente no debiese haber ocurrido nunca, que las condiciones de seguridad de los mineros en Chile son para la risa, que la mina no deberia haber estado funcionando y que el gobierno debería haber haber abordado estos probemas oportunamente. El presidente le confirma que él está de acuerdo y comparte su sorpresa y escándalo con el periodista diciendo que esa mina, efectivamente, no debería haber nunca estado funcionando. Luego el entrevistador le pregunta "¿Y por qué estaba funiconando entonces?". El Presidente contesta que probablemente es culpa del gobierno anterior.

"¡Ya, poh! Córtala.
01:49 Sobre la misma, le pregunta el gringo que qué piensa de que los mineros estén demandando al Estado chileno. El mismo Estado que, le dice el entrevistador, los está rescatando. El Presidente contesta que la demanda no es alEstado, sino a quienes resulten responsables, que no es lo mismo.
"A ver, mejor sonrío para dismular un poco...arrrgh, arrrgh. No, no puedo."
02:17 Ahora le preguntan que cuánto costó la operación. Harto, dice él. Al pedir el entrevistador al menos un número estimado. El Presidente insiste en que es harto, pero agrega que no importa, porque valió la pena. El entrevistador no insiste.

El lenguaje facial es bastante evidente, encuentro yo. Nuestro Presidente se incomodó con esas preguntas y no le quedó mucha otra que (para variar, dirían algunos) entregarse a la dura tarea de zafar, como estudiante que llega sin la tarea hecha.

Y no es que me interese reírme (aún más) de los intentos tristes del Presidente billonario de jugar a ser presidente, porque lo hace tan fácil que ya no es divertido. Eso es para amateurs. A estas alturas es como agarrar para la chuleta a Sarita Vásquez o Patricia Maldonado. Cualquiera lo puede hacer.

El punto que me gustaría rescatar esta vez es, de hecho, un poco más serio. Se refiere a lo que está detrás de esta escena tan poco frecuente. Y es eso, precisamente: que es poco frecuente. Es decir, que siento que se ha hecho, al menos para nosotros chilenos todos, poco común ver que un periodista chileno le haga a este presidente una pregunta que a él no le guste que le pregunten.

Y no creo que se trate ni de que a nuestros periodistas les falte tener una agenda política en particular o una "actitud" más agresiva. El gringo que entrevista en este caso no tiene ningún afán de dejar mal a nadie, no es de oposición, ni se pone pesado. Medio fome, de hecho, el gringo. Incluso, hacia el final de la entrevista, le pregunta sobre su próxima gira a Europa, una pregunta fácil para que el presidente pueda terminar la entrevista recitando algo que sí hubiese ensayado frente al espejo. En resumen, el gringo simplemente hizo su pega de periodista y preguntó cuestiones obvias que le interesan a quienes están siguiendo la noticia. Y con sólo eso nuestro Presidente se vió incómodo.

Y por ahí va lo preocupante. El hecho de que el Presidente Piñera no se vea nunca incómodo y que, por el contrario, sus entrevistas en Chile, comparadas con ésta, se hayan convertido en meros espacios para que se explaye sobre lo que él quiera decir solamente. Esto suena, lisa y llanamente, a que nuestros periodistas no están haciendo su pega.

Los motivos básicos para que esto sea así son más bien obvios y es necesario que nos los estemos recordando frecuentemente. Los medios de información más poderosos en Chile son propiedad de nuestra derecha. Nuestra derecha está gobernando. Nuestros medios de información son de derecha.

Por muy cierto que esto pueda ser, sin embargo, esta explicación no parece explicar todo. También está el tradicional espíritu del periodista chileno, preocupado de ser equitativo, justo y exclusivamente informador. Nada de parecer tener una opinión propia, la terea es, por sobre todo, informar. El periodista debe ser objetivo. Lo que no está mal en principio, creo yo. Excepto, claro, cuando uno trabaja para un medio que, objetivamente, no es objetivo. Resulta interesante entonces que nos hayamos acostumbrado a que La Tercera, El Mercurio y la Segunda, por ejemplo, sean diarios de derecha pero que no exista un reconocimiento público y explícito al respecto. Por el contrario, entramos todos en el juego de hacer como que fueran "obejtivos". Y eso ya empieza a estar pasado a caca, encuentro yo.

En países con prensas libres y desarrolladas, los diarios tienen líneas editoriales y políticas explícitas y públicas. Los diarios conservadores son conservadores y los de izquierda no tienen ningún problema en identificarse coo tales. Acá en UK, por ejemplo, The Guardian es de izquierda y The Times de derecha. Y nadie se espanta. Por el contrario: se espera que los diarios tengan orientaciones políticas.

Y el sistema es bastante más sano así, encuentro yo, simplemente porque las distinciones editoriales tienen que ver con el tratamiento de la información y no con la información misma. Se asume que los diarios van a entregar la misma información, más o menos, pero que las columnas de opinión y los ángulos en que se preenten van estar políticamente sesgados para un lado u otro. Lo que es inevitable, de cualquier manera. Los medios de prensa en Chile, en cambio, son igual de sesgados políticamente, pero hacemos como que no. Y la objetividad falsa con la que se promocionan transforma a estos medios, por ese elemento de engaño, en herramientas específicas de propaganda política. Y a eso hay que agregarle que, en Chile, los medios de derecha,en particular, no solamente presentan las cosas con luces favorables al gobierno y al sector que apoyan (que no tiene nada de terrible en sí mismo, porque es un poco inevitable) sino que, de frentón, censuran información. La huelga de hambre mapuche, por ejemplo, no existió en los medios de derecha hasta casi más de un mes de declarada y de ser noticia vieja incluso en el extranjero. Eso ya es mentir derechamente.

Y mi punto aquí tiene, de nuevo, más que ver con los periodistas que con el club de ricachones que controlan la información que se distribuye en Chile. Mal que mal, los Edwards y Claros del mundo tienen todo el derecho a querer tener sus diarios y publicar lo que les parezca. Pero los periodistas que trabajan para ellos son otra cosa. Ellos sí pueden escoger entre ser meras herramientas serviles de propaganda política o hacer su pega, que no es sino informar a quienes no tienen acceso a la información, como corresponde.

Aquí hay claramente un problema estructural que tiene relación con la distribución desigual (para variar) de la propiedad de los medios de información en Chile. Pero también existe un problema más profundo y más personal, que tiene que ver con el cumplimiento de los compromisos morales de nuestros periodistas, que solamente pueden estar fundamentados, a su vez, en convicciones profundas sobre su profesión y sus misiones sociales.

Pero no todo está perdido. Rara vez lo está. Frente al servilismo, el lamebotismo y la venta de principios a cambio de plata, siempre hay quienes se toman las cosas en serio y, casi literalmente, no se venden. Simplemente porque creen que lo que están haciendo es importante para otras personas y porque se sienten parte de la lucha diaria de hacer del nuestro un mundo un poco más justo. Mientras escribía esta entrada, mi amiga Nati compartió en Facebook el discurso de Nibaldo Mosciatti durante la ceremonia en que recibió el Premio de Periodismo Embotelladora Andina 2010 a su trayectoria profesional.

Este es uno de esos pequeños momentos dignos de contarles a nuestros hijos, en que la humanidad sale victoriosa. Cuando la dignidad y la decencia demuestran ser valores reales y poderosos. Entre tanto discurso vacío, ensayado, repetido y falso que hemos escuchado en estas últimas semanas, creo que hace bien al alma escuchar uno más pequeño, menos escandaloso, pero honesto, gentil y puro. Si este posteo te dio lo mismo, dále una oportunidad a este discurso, que te puede alegrar el día o, con suerte, la vida. Si no te lo quieres leer, te dejo al menos una de las partes que mejor explican en gran parte lo que he tratado de decir en este posteo.
Entonces: evitar pontificar. Porque el periodismo debiera estar lo más lejos posible de los pontífices: los de las religiones, la política, los negocios, la banca, el capital, la revolución, la involución, las dietas, las verdades reveladas, las ideologías, la numerología y tantos etcéteras. O sea, lejos de las certezas. El periodismo sólo se sostiene en su falta de certidumbres, en la duda permanente, en el escepticismo, en la incredulidad.
Solo queda ahora esperar a que el presidente se atreva a que lo entreviste un periodista de verdad.

2 comentarios:

Lady of the Cats dijo...

En realidad no tengo mucho que agregar, ya lo dijiste todo, pero te dejo un videito bastante gracioso que me enviaron la otra vez, sólo pa jugosear un rato. Esta entrevista sí que estvo "dura", jojo

http://www.youtube.com/watch?v=_fRjw77LVks&feature=player_embedded

Lo más notable es la cara de picarona de la periodista xD

mashgula dijo...

Lo de los periodistas debe ser uno de mis temas favoritos, quizas por mis amigos periodistas (que son unos cuantos) y a pesar de mi cariño hacia ellos, debo decir que no les compro una. Ejemplo: Cooperativa, la radio informativa. La radio en cuestion es financiada por un DC (no se quien, pero es DC) y por lo mismo y aunque me juren que son objetivos, las noticias no lo son porque este caballero/señora tiene un pensamiento determinado y eso hace que la radio lo siga, les guste o no. Aparte, los he pillado en incongruencias en cuanto a noticias y de tanto despotricar contra el periodismo online (que es un asco) termine haciendo esto http://tweetook.wordpress.com/2010/09/16/contrarreloj/ que quedo bien malo, pero es lo que hay.
Tengan o no un sector que los financie, aqui parece que todos los periodistas juegan a no ser y terminamos pagandolo nosotros, los que necesitamos la informacion. Y no pido nada que eso, informacion y ojala objetiva, aunque le cueste, si no estudio para escribir sobre su punto de vista, sino para buscar material e informar a los demas. ¿O me equivoco?

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