"Apathy isn't it. So flower power didn't work. So what? We start again." John Lennon

martes, 21 de septiembre de 2010

El lector: el libro de Christina Asquith, mi amiga



No tengo muchas amigas norteamericanas. Solía tener varias cuando hacía ayudantías de español en la U. Pero ahora ya no. Lo más cercano es mi amiga Monia Ponti, que en realidad es canadiense.

La única amiga norteamericana que perduró en el tiempo fue Christina Asquith. La Chris. Le hice unas clases particulares, nos hicimos amigos, la fui a visitar a Inglaterra, vino a estar conmigo cuando me casé (mi corbata de matrimonio la escogió ella) y ahora último nos vimos en Gales, en la casa de sus suegros, donde conocí a su hija. Y la historia continúa. La foto de arriba es de un poco después de que ella se fue de Chile.

Así como la ven, con su cara de gringa feliz y optimista, esta lola es una de las mujeres más abiertamente arriesgada que he conocido en la vida. Es periodista y le ha dedicado estos últimos años a cubrir los derechos de las mujeres y las guerras de Afganistán, primero e Irak, después. Así como la ven, esta rubia ha pasado pellejerías dignas de película.


Y un poco de eso aparece en su libro Sisters in War, que se trata de varias historias de mujeres en el contexto de la invasión norteamericana a Irak. Si alguna vez se lo leen, les sugiero que le den una oportunidad porque es engañoso. Los primeros capítulos pueden parecer pura propaganda pro-norteamericana porque se muestran mujeres de distintas partes, gringas e iraquíes, que se dedican a puro pensar cosas bonitas de la invasión. Es todo happy happy y vivan los norteamericanos salvadores. Pero la cosa no es así, precisamente. A medida que avanza uno las páginas, y haciendo una analogía con la historia misma de la invasión, el cuento se va complicando porque todo ese optimismo se empieza a ir al tacho de la basura por una serie de motivos políticos, militares, culturales. Y son muchos, variados y complejos. No todo se reduce a norteamericanos idiotas tratando mal a  los iraquíes.

Lo que hace la novela interesante y única, es que el hilo profundo de la historia tiene que ver con las mujeres, las iraquíes y las norteamericanas, y el trato que reciben cualquiera sea su posición, rol o agenda en la historia.  Desde la lola iraquí que quieren casar a la fuerza hasta la soldado que tiene que aguantar que le corran mano sus propios compañeros. Pero no esperen una historia meramente testimonial. El peso fuerte de la novela está, de hecho, en el trabajo periodístico que se huele detrás de cada página. Christina enjuicia en su historia el funcionamiento de las organizaciones y los programas gubernamentales pro-mujeres y pone en la mesa el machismo inherente de las prácticas culturales y políticas de quienes se dicen liberales y apuntan con el dedo a culturas ajenas por ser machistas. Lo último igual es cierto, y mucho, y el libro aprovecha la situación de la invasión para explorar los miles de matices que tiene el problema de cómo defender los derechos de las mujeres en contextos donde las culturas son prácticamente de otro planeta para uno.

El contexto de la guerra entre norteamericanos e iraquíes resulta revelador porque pone nuestras convicciones respecto a qué es la libertad de las mujeres para nosotros. Y es que, por mucho que no nos guste la invasión norteamericana misma, no podemos negar el hecho de que compartimos con los gringos gran parte de nuestro modelo de libertad para las mujeres (la independencia en lo económico, político, emocional, sexual, etcétera) y, en el fondo de nuestros corazones, no tenemos tanto problema en considerar beneficioso que al menos se “libere” a las mujeres iraquíes del maltrato sistemático al que son normalmente sometidas en los estados islámicos.

Pero el problema es peludo y el relato aborda el problema ético y político de hasta dónde te puedes meter a proteger mujeres, por muy justo que parezca, en contextos donde la estructura social y cultural te va a rechazar desde las bases mismas. A medida que un lee el libro, uno se va dando cuenta de lo poco que sabemos y entendemos al mundo árabe, la religión musulmana o al islamismo como expresiones culturales, políticas y, muy importante, personales. Explicar el problema sobre la base de un machismo básico y primitivo empieza entonces a sonar simplista y un poco torpe. 

A quienes nos ha parecido que las invasiones a Irak y Afganistán son actos vergonzosos contra la humanidad, el libro de Christina nos demuestra que, en el fondo de nuestros corazones, no somos menos ignorantes, prejuiciosos y machistas que los que consideramos los malos de la película, sean estos militares gringos allanando una casa y aterrorizando a una familia o un padre iraquí matando a su hija por haberlo deshonrado.

Como ven, harta punta que sacarle al libro. Si lo ven dando vueltas por ahí, denle una oportunidad, se los recomiendo.

Claro que no sabrán lo cool que se siente uno leyéndose un libro de verdad escrito por una amiga de verdad. 
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Abajo, Christina dando una charla en la Northeastern University sobre su experiencia como periodista en Irak y su libro Sisters in War. Más grande, más sabia. Siempre humilde y honesta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Dani!!
Desde que publicaste en tu facebook lo de tu blog queria leerlo, pero el trabajo me deja poco tiempo libre y los findes ni siquiera prendo el pc jaja
Voy a ver si este libro esta por aca y lo voy a leer. Justo andaba en la busqueda de algo interesante y con buenas recomendaciones, pq me carga malgastar la plata en libros q al final no termino de leer por fomes.
Besos a Gaby y Enzo
Paula

Daniel Muñoz Acevedo dijo...

Gracias, gracias, muchas gracias.
Besos de vuelta.

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